Estás revisando el mercado sin rumbo, entrando y saliendo según tu estado de ánimo, siguiendo tu intuición para comprar alto y vender bajo, y cuando pierdes, te consuelas diciendo "la próxima vez tendré cuidado". Pero en el fondo sabes que si siguieras un sistema paso a paso, registrando, revisando y ajustando tu ritmo, el tiempo y la energía que gastas cada día no serían muy diferentes. La única diferencia es que lo primero te deja más cansado, mientras que lo segundo te hace más consciente y te da una mayor probabilidad de obtener ganancias sostenidas.