Felicitaciones a todos los involucrados en la diplomacia incansable que ha llevado a la liberación de los rehenes. Hoy es un momento de esperanza para Oriente Medio, pero sobre todo un momento de alivio para los rehenes y sus familias, que han sufrido un dolor inimaginable en los últimos dos años. Mis pensamientos están con ellos y con las familias de esos rehenes que nunca volverán a casa. Los recordaremos.