Brad Jacobs sobre cómo identificar a los jugadores A: "Hago un ejercicio mental donde imagino a la persona entrando en mi oficina y diciendo: 'Brad, renuncio.' Y luego trato de sentir y visualizar cuál sería mi reacción si esa persona viniera a mí y renunciara. Si mi reacción a eso es: '¡Sí! No quiero sonreír, así que no quiero actuar como si estuviera feliz por esto. A nadie le gusta despedir a la gente. No hay problema, los reemplazaremos'—eso es un jugador C. Esa es alguien de quien deberías tener el valor de sacarlo del equipo de inmediato. En la segunda categoría, si mi reacción es: 'Sabes, es un poco malo. Hubiera preferido que esa persona se quedara, pero no es el fin del mundo. Contrataremos a un cazatalentos. Conseguiremos a alguien tan bueno, tal vez a alguien incluso mejor, y las cosas saldrán bien'—eso es un jugador B. Pero si cuando visualizo a esa persona renunciando, mi reacción es puro terror y pánico absoluto, como si alguien me hubiera dado un golpe en el estómago con un bate de béisbol y luego me hubiera golpeado en la cara. Estoy pensando: '¡Oh Dios mío! Como si nunca fuera a encontrar a alguien tan bueno como ella. De ninguna manera. Nunca tendré a alguien tan talentoso como esa persona. Nunca tendré a alguien que aporte a la mesa su superpoder particular.' Y ni siquiera puedo escuchar lo que están diciendo porque solo estoy teniendo este diálogo interno de pánico—eso es lo que llamas un jugador A. Así que quiero a todos los jugadores A a mi alrededor. Quiero personas cuya relación conmigo valoro tanto que si se terminara, me sentiría perdido."